Detectar drogas principalmente en el aeropuerto, fronteras, Puerto Chacabuco, terminal de buses y en sitios del suceso, entre otros puntos que las investigaciones lo ameriten, son parte de las materias que serán realizadas por el can antidrogas "Celeb" (guerrero de Dios) de la PDI junto a su guía el asistente policial Juan Riquelme Millar, recientemente llegado a la región, dijo el jefe de la Brigada Anti-narcóticos, subcomisario Marcelo Atala.
La presentación en sociedad se realizó ayer frente a los alumnos del Colegio Mater Dei de Coyhaique, quienes pudieron apreciar las destrezas del ejemplar, perteneciente a la Brigada de Adiestramiento Canino de la PDI y que ahora se integra a la Brigada Antinarcóticos, dado que la can "Bellota" fuera derivada a Santiago dado un problema médico que sufrió su guía canino a principios de año.
El asistente policial Juan Riquelme Millar, señaló que trabaja con el ejemplar desde hace dos años y que ahora se desempeñarán en un territorio con una baja presencia de drogas en comparación a otras regiones del país.
Entrenamiento
Respecto de la creencia popular referida a que el perro es un consumidor de drogas como parte de su entrenamiento, el guía canino echó por tierra esa teoría y dijo que eso es parte del mito, dado que el entrenamiento del can se basa en el juego que forma parte del Sistema de Detección Combinado (Sidecom).
"El perro hace lo que yo quiero y en base a eso lo refuerzo (premio) y si no lo hace lo castigo, pero ese castigo consiste en no entregarle su premio, y ese es el trabajo que se hace como parte del adiestramiento", expresó.
Para lo anterior se utiliza un mango consistente en una tela envuelta que ha sido impregnada con un sucedáneo consistente en un talco-desodorante, con olor a cocaína, marihuana y heroína, el cual es utilizado para jugar por parte del can desde los dos meses de vida.
"Cuando el perro asocia que su juguete tiene olor, se le empieza a enseñar la detección (…) después que está impregnado se le enseña a que lo vaya a buscar (…) eso se llama cobro dirigido, y eso es cuando ya tiene asociado el juguete con el olor a la droga, entonces se le esconde el juguete y se le manda a buscar porque asoció que su juguete tiene cierto olor", reveló el asistente policial Juan Riquelme.
Méritos del can
Caleb participó en un procedimiento en Copiapó, donde fue detectado un vehículo que estaba impregnado de droga, en el cual viajaban seis personas que previamente habían hecho un asalto a una tienda comercial de Antofagasta.
Paralelamente el can detectó 17 kilos de cocaína en Copiapó en un terminal de buses, mientras que en Calera detectó otros 10 kilos de la misma droga.
"Esos son los requisitos para poder llegar a acá, y lo que queremos es tratar de encontrar droga en Coyhaique", dijo el guía canino.
Añadió que los canes en la Brigada Antinarcóticos juega un rol fundamental, dado que en la revisión de inmuebles su efectividad es de un cien por ciento y de alrededor de un 80 por ciento en otros casos, añadió.
La comparecencia del ejemplar ocurre una vez que los funcionarios han desarrollado una indagación previa, donde el can permite concretar la investigación, ya que la droga nunca se encuentra a la vista.
Heroica acción del can
Para la PDI se trata de un ejemplar héroe, al arriesgar su propia vida para salvar a su guía mientras participaba de una incautación a un narcotraficante en la ciudad de La Serena.
La historia se remonta al mes de febrero pasado, ocasión en la que la Brigada Antinarcóticos llegó hasta un domicilio con una orden de entrada y registro.
Como una forma de evitar mexicanas (quitadas de drogas entre narcos), los sujetos defendían la sustancia ilícita con armas y feroces perros pitbull.
En la ocasión los detectives detuvieron al individuo, no obstante, uno de estos animales se lanzó sobre el policía, momento en que el can "Caleb" se interpuso como escudo entre el otro can y su guía.
Tras lo anterior el furioso ejemplar del narco atacó violentamente al ejemplar antidrogas, arrancándole buena parte de la cola, sumado a otras graves lesiones por mordeduras en la cara y parte de la mandíbula, secuelas que hasta hoy son visibles en el animal.
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